La hechicera aceptó y empezó a seguir dicho hilo, llevando a
ambos a un mercado. Allí, la hechicera pararía frente a una plebeya, una
campesina pobre que vendía productos en el mercado con su bebé en brazos.
Luego, la hechicera le dijo al emperador que allí terminaba su hilo. Sin
embargo, y viendo que estaba ante una campesina de gran pobreza, el emperador
pensó que la hechicera se estaba burlando y empujó a la campesina, haciendo que
su bebé cayera y se hiciera una gran herida en la cabeza. Tras ordenar la
ejecución de la hechicera, el emperador volvió al palacio.
Muchos años más tarde y guiado por sus consejeros, el
emperador decidió desposar a la hija de uno de los generales más importantes
del país, si bien no la vería hasta el día de la boda. Ese día, al verle la
cara por primera vez, descubrió que su futura esposa tenía una cicatriz en la
cabeza, producto de una caída cuando era bebé. Evidentemente: tal y como la
hechicera había pronosticado, la mujer que iba a compartir su vida era el bebé
de la campesina.
Si ustedes quieren que hable de un tema en concreto, déjenlo en los comentarios y lo publicaré la semana siguiente.
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